jueves, 28 de marzo de 2013
Inflamaban con sus cánticos los ideales de un mundo mejor, un mundo libre donde toda persona tendría su lugar...pero ella permanecía ajena a todo aquel alboroto. Se limitaba a observarlos desde una distancia segura, preguntándose cómo sería creer en algo de aquella forma. Sentía lástima por ellos y por su causa, que estaba perdida ya antes incluso de haber sido concebida en las mentes sedientas de justicia de aquellos jóvenes. Pero sobre todo los envidiaba...pues para ella, que carecía por completo de ideales e inquietudes, ver como otros arriesgaban sus vidas sin dudar con un fin determinado no era más que un recordatorio de la cáscara vacía en la que se había convertido.
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