Le comenté: - Me entusiasman tus ojos. Y ella dijo: - ¿sólos o con rímel?. -Grandes.- respondí sin dudar. Y también sin dudar me los dejó en un plato y se fue a tientas
miércoles, 28 de diciembre de 2011
martes, 27 de diciembre de 2011
Romeo and Juliet
Aqui pondré mi descanso eterno y sacudiré el yugo de las estrellas infinitas quitándolo de esta carne harta del mundo. ¡Ojos mirad por última vez! ¡Brazos dad vuestro último abrazo! ¡Y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz!
Dreamcatcher
Tenía un sueño, un sueño que se repetía a menudo. Ella estaba sentada en un banco, rodeada de árboles...un lugar completamente desconocido. Y, sin embargo, se sentía cómoda allí, como si hubiera regresado a su casa, a su hogar. De repente, surgía de la nada una pequeña casa, una sencilla cabaña de madera de aspecto acogedor. Ella se levantaba despacio y caminaba hacia la casa. Notaba la nieve bajo sus pies descalzos, pero no era en absoluto fría. Al contrario, emitía una calidez extraña. Llegaba junto a una ventana y miraba por ella. Su interior le era familiar, aunque no recordaba por qué. El fuego ardía en la chimenea y había una tupida alfombra que cubría casi todo el suelo, parecía mullida y cálida. Y, sobre ella se encontraba un grupo de personas reunidas en torno a una mesa de roble, llena por completo de platos a rebosar de comida. Hablaban animadamente, reían, comían y bebían, ajenas a todo lo demás. Ella quería entrar, quería formar parte de aquello, pero por más vueltas que le daba a la casa no encontraba puerta alguna por la que entrar, sólo aquella ventana, que estaba cerrada herméticamente. Y de pronto, una a una, las personas que había en la casa comenzaron a mirarla fijamente. Ella buscaba ayuda, pero aquellas miradas eran puramente hostiles, parecían decirle: "este no es tu lugar, no es tu sitio. vete de aquí y déjanos ser felices".
Y de repente hacía frío, el viento arremolinaba los copos de nieve, que parecían arder al rozar su piel, hasta que al final sentía como si un potente ácido le recorriera el cuerpo entero. Intentaba taparse, intentaba gritar, pero ni un sonido salía de sus labios y el gélido viento la sacudía y le clavaba sus afiladas garras, atravesando piel, músculo y hueso hasta llegar a lo más profundo de su ser...
...y así despertaba siempre, sobresaltada y empapada en sudor, con aquellas miradas todavía en su cabeza, y aquel frío instalado en su corazón.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Origen
Coges un tren, sabes dónde quieres que te lleve, pero no sabes a dónde te llevará. Pero no te importa...¿cómo puede no importarte? Porque estaréis juntos.
domingo, 4 de diciembre de 2011
La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer
Día tras día esperaba con la ventana abierta, esperando a que Peter apareciera.
Se negaba a creer que aquello era todo, se negaba a crecer, a pasar su juventud entre libros y papeles para que un día la encerraran en un cubículo, en una oficina donde su imaginación moriría y sus sueños se volverían tan grises como el traje que llevaría...Pero por la ventana lo único que entraba era un frío invernal, un viento cruel que arrancaba las mantas que la envolvían y le calaba hasta los huesos, no sin antes haber apagado la tenue luz de la vela, dejándola sumida en la más profunda oscuridad.
Y a pesar de todo allí permanecía inmóvil, soñando que Peter Pan la cogía de la mano, espolvoreaba algo de polvo de hadas sobre su cabeza y se la llevaba a Nunca Jamás, donde podrían vivir como niños para siempre...sin dejar que las preocupaciones de la vida adulta les asaltasen. Pero cada mañana la realidad le caía encima como una lápida, una realidad empeorada por el hecho de que su debilidad aumentaba a cada noche que pasaba expuesta al gélido aliento del invierno.
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