martes, 27 de diciembre de 2011

Dreamcatcher




Tenía un sueño, un sueño que se repetía a menudo. Ella estaba sentada en un banco, rodeada de árboles...un lugar completamente desconocido. Y, sin embargo, se sentía cómoda allí, como si hubiera regresado a su casa, a su hogar. De repente, surgía de la nada una pequeña casa, una sencilla cabaña de madera de aspecto acogedor. Ella se levantaba despacio y caminaba hacia la casa. Notaba la nieve bajo sus pies descalzos, pero no era en absoluto fría. Al contrario, emitía una calidez extraña. Llegaba junto a una  ventana y miraba por ella. Su interior le era familiar, aunque no recordaba por qué. El fuego ardía en la chimenea y había una tupida alfombra que cubría casi todo el suelo, parecía mullida y cálida. Y, sobre ella se encontraba un grupo de personas reunidas en torno a una mesa de roble, llena por completo de platos a rebosar de comida. Hablaban animadamente, reían, comían y bebían, ajenas  a todo lo demás. Ella quería entrar, quería formar parte de aquello, pero por más vueltas que le daba a la casa no encontraba puerta alguna por la que entrar, sólo aquella ventana, que estaba cerrada herméticamente. Y de pronto, una a una, las personas que había en la casa comenzaron a mirarla fijamente. Ella buscaba ayuda, pero aquellas miradas eran puramente hostiles, parecían decirle: "este no es tu lugar, no es tu sitio. vete de aquí y déjanos ser felices".
Y de repente hacía frío, el viento arremolinaba los copos de nieve, que parecían arder al rozar su piel, hasta que al final sentía como si un potente ácido le recorriera el cuerpo entero. Intentaba taparse, intentaba gritar, pero ni un sonido salía de sus labios y el gélido viento la sacudía y le clavaba sus afiladas garras, atravesando piel, músculo y hueso hasta llegar a lo más profundo de su ser...
...y así despertaba siempre, sobresaltada y empapada en sudor, con aquellas miradas todavía en su cabeza, y aquel frío instalado en su corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario