lunes, 21 de mayo de 2012

Show must go on


Miraba al escenario sin interés alguno, las escenas que se desarrollaban sobre él las conocía a la perfección. Se trataba de una obra moderna y aburrida que reciclaba valores ya demasiado usados a lo largo de la historia del teatro, una representación superficial que pretendía ser bastante más de lo que en realidad era. Hablaba de un chico que, tras la muerte de sus padres es maltratado y vendido como carnaza, pero que logra escapar para consagrar su vida a la venganza. No se le escapaba el parecido con su situación actual, quizás por eso le resultaba tan cómica aquella "tragedia". Carecía de sentimiento por completo.

Un cambio de escena captó su atención. Ahora las calles habían sido sustituidas por lo que parecía la sala de estar de una gran mansión, con un piano de cola en el centro del escenario. Y entró ella. Las luces la siguieron en su camino hasta el piano. Llevaba un sencillo vestido negro y su mirada permanecía fija en sus pies, como si temiera tropezar si los perdía de vista. Se sentó en el banco y alzó el rostro al público para que todos pudieran ver las gruesas lágrimas que corrían por sus mejillas. Colocó con cuidado las manos sobre las teclas, y a partir de aquel momento, sus dedos parecieron volar, arrancando al instrumento sonidos hermosos y desgarradores que hacían que el estómago se le encogiese. No habría sabido decir cuándo había enlazado su voz con la música, pues ambas parecían ascender como una sola, bailando y entremezclándose entre ellas, llenando por completo el patio de butacas. Lo que sí sabía es que le dolía, cada nota se le clavaba en el pecho, y aquella letra, ¿cómo podían salir aquellas palabras de sus labios?. Hablaba de dolor, de un profundo dolor causado por amar a alguien que vive únicamente para vengarse, de ver cómo la persona amada se consume en las llamas del infierno...de entregar su vida para arrancarla de las garras del mismo diablo. Pero lo más inquietante era el sentimiento que impregnaba aquellas palabras. ¿cómo podía decirlas con tal convicción?¿cómo podía ser capaz de trasmitir tanto sufrimiento al público? No era tan buena actriz, la conocía demasiado bien...y entonces todo encajó, como si unas piezas que siempre hubieran estado allí comenzaran de pronto a encajar unas con otras, formando una imagen clara de la situación:

No estaba actuando, estaba contando su historia, la de ambos, y si eso era cierto...eso significaba...que ella planeaba dar su vida por él, que deseaba morir para salvarlo.


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