viernes, 24 de febrero de 2012

Queen Bee


She'll sting you one day. Oh, even so gently, so you hardly even feel it. Til you fall dead.

domingo, 19 de febrero de 2012

Asuntos pendientes


Yo nunca pensé que tendría asuntos pendientes...siempre iba de aquí para allá, con prisas, sin tiempo para pararme y mirar alrededor, sin tiempo para pensar si quiera. Era una persona normal, con un decepcionante trabajo normal, con unas pobres expectativas normales y una vida estresante y agotadora, por otro lado también de lo más normal. Para mí comer no era más que una molesta necesidad que me hacía perder tiempo que podría estar empleando en cualquier otra tarea más provechosa, y dormir...dormir era lo peor, era un verdadero suplicio. Horas y horas desperdiciadas y yo con tantísimas cosas que hacer, cosas que además me perseguían en sueños. Papeles, fotocopiadoras, teléfonos sonando...todos ellos me perseguían en mis sueños noche tras noche. Y así pasaban los días, uno tras otro hasta que al final, todo se paró. Bueno, en realidad fue mi corazón lo que se paró. Ocurrió durante uno de mis ajetreados y normales días de trabajo. Estaba en medio de una reunión con el estómago hecho un nudo, como siempre, ya que tenía que presentar una propuesta muy importante, o al menos me parecía muy importante en aquel momento...y, de repente, todo empezó a ir a cámara lenta hasta desaparecer...Lo siguiente que recuerdo era ver mi cuerpo tendido sobre la mesa de juntas, parecía que dormía. La rabia que me entró al verme en aquella posición, durmiendo de aquella manera como si no tuviera nada que hacer. Tardé unos minutos en darme cuenta de que había muerto, un poco menos que los que me rodeaban la verdad, que estaban demasiado ocupados tratando de no dormirse ellos mismos.

En fin, allí me encontraba yo, muerta y sin haber vivido realmente. Así que me dije a mí misma que aquello no podía quedar así, tenía que hacer algo. Alguien debería poder ayudarme. Me costó lo mío a decir verdad, pero tras muchos esfuerzos conseguí dominar mis nuevos poderes de fantasma. Al principio aullaba y asustaba a los incautos, más tarde aprendía a mover objetos. Incluso me divertía de ver en cuando volviendo loca a mi secretaria cambiándole los documentos de sitio. Hasta que, finalmente, logré mi meta, conseguí poseer a un chico. Era realmente prometedor, joven, como yo, ambicioso, como yo...aunque un poco lento a decir verdad. Pero lo importante era que lo había conseguido, ahora tenía un cuerpo nuevos, lleno de nuevas oportunidades, una vida nueva. Y así, con mi nueva carcasa y con mil expectativas flotando por mi fantasmagórico cerebro entré con decisión en el despacho de mi jefe, golpeé la mensa con la mano abierta y le extendí el papel que me liberaría por completo...

Y así fue, exactamente así fue...como entregué al fin mi presentación. Por fin lo que me había atormentado desde mi muerte había desaparecido. Así que, en teoría, ya debería ir a donde sea que vayan las almas sin asuntos pendientes. Sin embargo, ahora me siento asustada ante lo que vendrá. Y es que dicen que morir es como dormir eternamente. Y...¿habrá algo más infructuoso que dormir?

lunes, 13 de febrero de 2012

Calm down

A veces solo hay que tomar el mando a distancia y hacer que la Tierra gire a tu ritmo

jueves, 9 de febrero de 2012

Prince the ripper


El cielo llora lágrimas de sangre, lágrimas que se desparraman por las calles asfaltadas y son tragadas por las profundas cloacas de esta gran ciudad. ¿Y quíen llora? Me pregunto, quizás son las almas perdidas de aquellos que murieron en vano, de las chicas asesinadas a sangre fría por hombres demasiado cobardes como para enfrentarse a su verdadera naturaleza. Cuántas vidas han sido arrancadaas de este mundo a causa de la estupidez humana, cuántos son los corazones inocentes cuyos latidos fueron silenciados de las maneras más crueles que la imaginación puede crear.

El cielo llora lágrimas de sangre, y las campanas resuenan en las calles vacías llenando la noche con sus cantos fúnebres. ¿Cuánto tiempo permaneceré en este lugar, donde se respira la muerte en cada esquina? Quizás al final acabe formando parte de él, y me una a aquellos que matan a indefensas criaturas por puro placer, pero eso sólo ocurrirá cuando mi razón y mi cuerpo sigan caminos separados. Cuando esta ciudad arranque de mi putrefacta naturaleza lo poco de humano que en ella queda. Pues esta ciudad, no, este estercolero lleno de sufrimiento y sangre corrompe hasta lo más puro...inluso el aire está contaminado con los gritos de aquellos que sufrieron su crueldad...

La eterna sonrisa...la más sádica de ellas


"Sonríe hasta que te duela la mandíbula" lo había oído muchas veces. Una sonrisa es la llave que te abrirá todas la puertas, aunque sea falsa. Las personas son simples, estúpidas, les sonríes y ya no ven nada más, no quieren saber más. Porque eso es lo que esperan. Dales lo que quieren, sé amable y correcto y nadie te molestará. Nadie tratará de conocerte de verdad si cree que ya lo hace. "Es una persona alegre" dirán "un chico de lo más educado" comentarán entre ellos. Pero, si les preguntaran algo más concreto, algo más personal, todos se encogerán de hombros. Porque no les interesa la felicidad de los demás, únicamente quieren dramas con los que rellenar sus insustanciales vidas, dramas que se limitarán a observar mientras comparten un gran bol de palomitas. Como meros espectadores, como si de un espectáculo se tratara. "Y es por eso...-le había dicho su padre- por lo que los asesinos siempre saludan con una sonrisa"

lunes, 6 de febrero de 2012

Amor se escribe sin hache


-Porque éste -explicó señalándole ha tomado demasiado en serio el amor, sin fijarse en que "amor" se escribe sin hache. 
Dolly y Molly -como hacen todas las mujeres cuando no entienden una cosa- se echaron a reír. (Por eso ríen tanto al cabo del día.) 

--¡Chits! Nada de reírse... -protestó Fermín-. Estoy hablando en serio. Las cosas importantes, las únicas cosas importantes que existen en el mundo, se escriben con hache, y, por el contrario, se escriben sin hache las infinitas cosas que no tienen importancia. 

--Explica eso -pidió Zambombo, interesado. 

--No hace falta explicarlo. Basta con repasar el diccionario. Busca las cosas trascendentales, y sólo las hallarás en la H. Los "hijos", con hache; el "honor", la "honra", con hache; Dios ("Hacedor Supremo"), con hache; "hombre", con hache; la materialización de Cristo (la "Hostia"), con hache; la "hidalguía", con hache; el "habilitado", que es el que paga, con hache... 

Hubo nuevas risas. 

--Os hago reír, ¿verdad? Reír es lo más importante del mundo: y "humorismo" se escribe con hache... 

--¿Y comer? ¿No es importante comer? 

--Ya lo creo... Por eso, los alimentos principales se escriben con hache: "harina", "huevos"... ¿Tiene importancia el día de mañana? No, porque aún no ha llegado. ¿Tiene importancia el día de ayer? No, porque ha pasado ya. Pero el día de "hoy", que es importantísimo, ya se escribe con hache. ¿Y hay algo tan importante como el "hambre"? ¿Y como la "higiene"?... Amigo se escribe sin hache, pero cuando es un amigo de verdad, entonces se escribe con hache, porque se le llama "hermano"... Un mineral conmocionó el mundo, fue padre de todo y creó la civilización: el "hierro". "Honradez" se escribe con hache... 

Fermín hizo una pequeña pausa para agregar: 

--Todos los símbolos de las cosas importantes tienen su hache correspondiente... "Hecatombe", o sea el siniestro máximo; la "hidra", lo más dañino; el "hada", lo más benéfico; la "hélice", que es lo que impulsa; el "hueso", que sostiene el edificio humano; "Hércules", que es la fuerza; "hermosura", que es la belleza; "horrible", que es la fealdad, con los superlativos de "horroroso" y "horrendo"; el "himeneo", que representa el matrimonio; los "himnos", que sintetizan el ideal patriótico de los pueblos; el "hogar", refugio de los que tienen la misma sangre... Y esa misma sangre, ¡tan importante!, es la "hemoglobina"... y cuando esa preciosa sangre se vierte, cosa gravemente trascendental, surge la "hemorragia"... El fuego se representa con la "hoguera" y el frío con el "hielo". Dos verbos imprescindibles, que personalizan el esfuerzo humano de muchos siglos, son "hacer" y "hablar". "Humanidad" se escribe con hache. Y la Humanidad dio un paso gigantesco cuando empezó a usar el "hilo" para confeccionar sus ropas. La altura mayor del planeta es el "Himalaya", y el primer médico, "Hipócrates", y el primer poeta, "Homero", y los mejores cigarros, los "habanos"... 


Poisonous Poison


 Estaba hambrienta. Hacía ya tres días que la habían encerrado en aquel lugar...y desde entonces lo único que podía hacer era beber lentamente de la jarra que aparecía cada mañana junto a ella. No tenía nada que llevarse a la boca...bueno, en realidad estaban aquellas manzanas. La habitación estaba llena de ellas, manzanas tersas y rojas, cuyas pieles emitían un suave brillo a la luz de los fluorescentes. Pero había algo raro en ellas, el primer día estuvo a punto de morder  una, pero al tocarla sintió que su mano se adormecía...y no tardó ni un segundo en tirarla contra la pared. Fue un ratón el que confirmó sus sospechas. Se acercó a los restos aplastados de la fruta y los mordisqueó con avidez. Al principio le pareció que no ocurría nada, y el roedor siguió comiendo impune. Pero apenas unos segundos después dejó de moverse, simplemente, paró en seco, dejando caer su pequeño cuerpecillo contra el suelo.  

Habían pasado dos días desde aquello, y las manzanas seguían estando igual de hermosas. Parecían inmunes al paso del tiempo, como si la podredumbre no pudiera alcanzarlas. "Más letales que el mismo paso del tiempo" pensó. Pero los días pasaban y a ella le costaba cada vez más abrir los ojos. Tenía frío, y el hambre le oprimía el estómago como una mano de hierro que atravesara su piel.  No sabía qué hacer, aquel sitio era pequeño y asfixiante, y la visión de toda aquella fruta que no podía probar la mortificaba cada segundo. Le dolía el cuerpo entumecido y la cabeza le pesaba demasiado como para poder mantenerla erguida. Ya no podía soportarlo más. 

Tenía que hacerlo, sabía que era entregarle la victoria a su captor, pero era la elección entre el dulce beso de una muerte rápida y la lenta agonía y desesperación de la inanición. Así que alargó una mano huesuda que no reconoció como suya y tomó una de las manzanas más rojas. Tenía los dedos tan entumecidos que ni siquiera podía sentir el tacto de aquella piel suave. La miró con detenimiento, era muy hermosa, roja como la sangre, con una silueta perfecta, incluso su olor era exquisito. Una mezcla del dulce aroma a fruta y el punto amargo del olor a muerte. Sin apartar la mirada de ella la mordió con cuidado. Saboreó el jugo de la fruta que  le llenaba la boca,  y entonces ya no pudo parar. Era lo más delicioso que había probado nunca, y su estómago famélico rugía como una fiera pidiendo más. Así que la devoró por completo, sin apenas masticarla...para luego arrojar los restos contra el suelo y agarrar con ansia una nueva fruta que engullir. No fue hasta la tercera vez que repitió el proceso cuando todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. 

Una cálida sensación se extendía por todo su cuerpo, haciéndola sentir cansada y adormecida. Al principio no era más que un cosquilleo, pero al poco tiempo comenzó a quemarla. Como si la misma sangre le hirviera en las venas. Trató de gritar, pero el fuego se había instalado en su garganta, impidiendo que de ella saliera cualquier tipo de sonido. Alzó los ojos hacia el fluorescente que iluminaba la pequeña habitación, quería que la luz fuera lo último que vieran sus ojos antes de cerrarse para siempre. Y así fue, no tardó mucho en dejarse caer sobre las rodillas, con la cabeza alzada y sujetándose la garganta con ambas manos. Fue entonces cuando los párpados comenzaron a cerrarse con lentitud, mientras su cuerpo sin vida terminaba de caer sobre un montículo de aquellas que le habían arrebatado la vida. De aquellos pequeños bocados de muerte.  

domingo, 5 de febrero de 2012

Painless


Los sonidos del bosque no podían apagar los latidos de su corazón desbocado. Corría todo lo rápido que podía entre los helechos y los oscuros troncos que se alzaban sobre ella para sostener una frondosa cúpula vegetal que apenas permitía pasar la  luz de la luna. Pero las raíces húmedas y las hierbas resbaladizas hacían casi imposible seguir sin tropezarse, y las ramas más bajas se le enganchaban en la pequeña capa roja como garras implacables que no parecían querer soltarla. A medida que avanzaba se le hacía más difícil respirar, pues el aire que penetraba en sus pulmones era cada vez más denso, más húmedo, más asfixiante. Aún así continuó corriendo, dejando tras de sí un rastro de tela y sangre allí donde las ramas afiladas habían desgarrado su piel blanca.

No era capaz de verlo, pero lo sentía tras ella. Oía sus jadeos desesperados, sus pisadas ahogadas por la vegetación, olía el olor a muerte que desprendían sus fauces. Casi podía oír sus pensamientos...si es que aquella cosa podía tener pensamientos. La quería a ella, estaba hambriento y sabía que su carne era la cura perfecta para su malestar. Deseaba su sangre y sus huesos, ansiaba devorarla y nada iba a impedírselo. La chica se sentía cada vez más mareada, no podría seguir ese ritmo durante mucho tiempo. Al final acabaría alcanzándola y entonces ya no habría nada más, sólo aquellos ojos azules que veía brillar de vez en cuando a sus espaldas, sólo aquellos dientes blancos que resplandecían a la luz de la luna...sólo aquel aullido famélico. 

Y entonces ocurrió, tropezó con la raíz retorcida y elevada de un viejo sauce y cayó de bruces. Trató de levantarse, pero sintió un dolor insoportable en el tobillo derecho. Y las náuseas la hicieron convulsionar cuando vio su pie torcido en un ángulo de lo más antinatural. Ahora no podía moverse, y sentía cómo la criatura saboreaba su victoria. No tardó mucho en mostrarse ante ella. Era impresionante a decir verdad, toda su silueta parecía brillar en la oscuridad, una imponente figura que se alzaba  ante ella con los ojos clavados en su rostro, estudiándola, decidiendo dónde asestar el golpe mortal. La invadió el miedo, un miedo mezclado con admiración...aún estaba confusa cuando el lobo se abalanzó sobre ella con las fauces abiertas. 

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Por qué está la luna tan sola?


"Cuenta la leyenda que tuvo un amante con quien compartía hermosas noches. Se llamaba Quecuatsu y vivían en el mundo de los espíritus. Cada noche recorrían el cielo los dos juntos. 

Pero, uno de los otros espíritus tuvo celos y quería a la luna para él sólo. Así que dijo a Quecuatsu que la luna había pedido flores, le dijo que bajara a nuestro mundo a cogerle rosas silvestres. 

Quecuatsu para complacerla lo hizo encantado, pero no sabía que al abandonar el mundo de los espíritus ya no se puede volver. Desde entonces, cada noche mira hacia el cielo y ve allí la luna y aúlla su nombre, porque sabe que no podrá volver a tocarla nunca más." 

Quecuatsu significa Lobezno.

Fragmentos de una vida incompleta

 

Era la misma habitación, y, sin embargo, parecía completamente diferente a como solía ser. El aire se había vuelto pesado y se hacía difícil respirar. Las plantas que antes adornaban los rincones ya no estaban, haciendo que la habitación pareciera abandonada y muerta. Y la cama de dosel que presidía la habitación parecía vieja y descolorida  con aquella manta desvaída cubriéndola casi por completo. Sin decir palabra se acercó a la cama despacio, con sus pasos levantando ecos que retumbaban en las paredes. Se sentó en la cama con cuidado y pasó la mano por encima del colchón como si temiera que éste pudiera desintegrarse en cualquier momento. Ahora allí no dormía nadie, pero no siempre había sido así. Hubo una vez en la que aquella cama había sido completamente distinta. En una época en la que sus cortinas y sábanas habían estado teñidas de vivos colores, en la que sus almohadas y cojines se habían alimentado de sueños infantiles, reteniendo los felices, y desechando las pesadillas. Aquella cama había sido un barco navegando por la vasta imaginación  de un niño, aquellos cojines habían sido el fuerte más inexpugnable de toda Inglaterra y la alfombra cuya silueta aún podía adivinarse sobre el suelo hubo un día en el que voló por el cielo, recorriendo cada rincón de un mundo aún por descubrir. Y sin embargo ahora todo aquello no era nada, sólo un amasijo de telas estropeadas y recuerdos mustios que parecían hacerse más viejos en cuestión de segundos. 

No recordaba exactamente cuándo lo había visto por última vez, pero estaba seguro de que al menos habrían pasado cinco años. Si eso era así, el pequeño Ziu tendría ahora 15...no podía dejar de preguntarse cómo sería. Tal vez se pareciera a él, o tal vez se pareciera a...no, no era momento para pensar en ella. Estaba a punto de ver a su hijo por primera vez en mucho tiempo, y no sabía cómo iba a reaccionar. Siendo sincero, ni siquiera sabía cómo debía actuar él mismo.