"Sonríe hasta que te duela la mandíbula" lo había oído muchas veces. Una sonrisa es la llave que te abrirá todas la puertas, aunque sea falsa. Las personas son simples, estúpidas, les sonríes y ya no ven nada más, no quieren saber más. Porque eso es lo que esperan. Dales lo que quieren, sé amable y correcto y nadie te molestará. Nadie tratará de conocerte de verdad si cree que ya lo hace. "Es una persona alegre" dirán "un chico de lo más educado" comentarán entre ellos. Pero, si les preguntaran algo más concreto, algo más personal, todos se encogerán de hombros. Porque no les interesa la felicidad de los demás, únicamente quieren dramas con los que rellenar sus insustanciales vidas, dramas que se limitarán a observar mientras comparten un gran bol de palomitas. Como meros espectadores, como si de un espectáculo se tratara. "Y es por eso...-le había dicho su padre- por lo que los asesinos siempre saludan con una sonrisa"
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